Rubén fue remitido a Advocates for Children of New York (AFC) en su segundo año en la escuela secundaria cuando su consejero vocacional declaró que el éxito en la escuela era “inalcanzable para Rubén”, aunque asistía regularmente y no se metía en problemas.
La AFC le consiguió a Rubén una evaluación completa, que confirmó que estaría mejor atendido y, de hecho, podría prosperar, en un programa de escuela secundaria que incluyera capacitación vocacional y apoyo de educación especial. Cuando el DOE no le ofreció una colocación a Rubén, la AFC siguió adelante y le aseguró a Rubén un lugar en una escuela secundaria con un programa excelente. Sin embargo, el trabajo de la AFC no terminó ahí; Continuamos apoyando a Rubén y su familia hasta que terminó sus estudios brindándole asesoramiento adecuado y otras actividades de promoción para garantizar que Rubén tuviera éxito y se graduara.
A lo largo de sus tres años en su nueva escuela, Rubén fue un líder: rutinariamente se ofrecía como voluntario para ayudar en la escuela; fue mentor y amigo de nuevos estudiantes; y respondió positivamente a los comentarios de sus maestros y consejeros. Realizó varias pasantías, incluidas visitas guiadas a una clínica veterinaria y a una residencia de ancianos. Su confianza en sí mismo aumentó a medida que trabajaba constantemente para adquirir las habilidades que necesitaba para vivir de forma independiente y algún día ingresar a la fuerza laboral.
Gracias a la ayuda y orientación de AFC, así como a los esfuerzos de Rubén, el joven para quien el éxito educativo se consideraba “inalcanzable” podrá ser un miembro activo y contribuyente de la fuerza laboral. Con su título de escuela secundaria en mano, Rubén espera capitalizar su gran interés en las artes culinarias y seguir un programa culinario.