Mia, que tiene parálisis cerebral y usa silla de ruedas, asistía anteriormente a una escuela del Distrito 75 que el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York (DOE) había identificado como accesible. A Mia la colocaron en un salón de clases en el primer piso que podía acomodar sus necesidades de movilidad, pero resultó ser el único salón de clases de la escuela que podía acomodarla. Como resultado, Mia permaneció en ese salón de clases durante cinco años, logrando un progreso mínimo mientras continuaba recibiendo el mismo contenido educativo con cada grupo de estudiantes entrantes, mientras sus compañeros progresaban en el plan de estudios y pasaban a otros salones de clases.
Después de que la madre de Mia expresara sus preocupaciones repetidamente, AFC intervino para asegurar una reevaluación para Mia, que confirmó que su progreso académico y social se había estancado durante los cinco años que había permanecido en el aula del primer piso. AFC luchó junto a Mia y su madre para encontrar una nueva ubicación, una batalla que fue noticia; Mia apareció en la portada del New York Daily News, convirtiéndose en el rostro de los miles de estudiantes de la ciudad de Nueva York que carecen de adaptaciones adecuadas en la escuela. AFC pudo conseguir una plaza para Mia en una escuela privada especializada, donde empezó en el verano de 2019. Como lo describe Yuvi, la madre de Mia, la nueva colocación es un mundo completamente nuevo. “Aquí no están castigando su comportamiento. Están trabajando para entenderlo a él y a ella”.
La historia de Mia es un claro recordatorio de la diferencia que una colocación adecuada puede suponer no sólo para el estudiante sino también para la familia. “Había luchado por servicios oftalmológicos para Mia durante mucho tiempo”, recuerda Yuvi, “y en el momento en que entré en Manhattan Star, vieron que ella necesitaba servicios oftalmológicos. Cosas por las que normalmente sentiría que tengo que luchar, simplemente lo están haciendo”. Mia, que nunca había usado un teclado en su antigua escuela, ahora se está familiarizando con la tecnología de navegación gracias a un teclado adaptable que le proporcionaron sus profesores.
“No debería tener que pasar por todos estos problemas sólo para obtener las cosas básicas que le gustaría que su hijo consiguiera. Si no hubiera sido por la AFC, sé que ella habría estado en ese primer piso hasta que se graduara”.
Yuvi, la madre de Mía
“Se acerca la reunión del IEP de Mia y, por primera vez, no siento que deba ponerme guantes de boxeo y traer a un defensor conmigo. No debería ser así. La historia resultó diferente para mí, pero para muchos niños eso no sucede. Muchos niños no saben que hay defensores que realmente ayudan a la gente”.