La decisión de la Ciudad de limitar la estadía en los refugios a 60 días para las familias recién llegadas será extraordinariamente desestabilizadora para los estudiantes, las familias y las comunidades escolares. Las familias recién llegadas ya se enfrentaban a importantes retrasos en la matriculación de sus hijos al inicio del año escolar. Ahora, justo cuando los estudiantes se están instalando en nuevas aulas en un nuevo país, sus familias tendrán que decidir entre quedarse en la misma escuela o cambiar de escuela más cerca del nuevo refugio. Cualquiera de las opciones probablemente resultará en una interrupción masiva de la educación de los estudiantes, ya sea debido a retrasos en la organización del transporte, tiempos de viaje inviablemente largos o verse obligados a empezar de nuevo con nuevos maestros, nuevos compañeros de clase y un nuevo plan de estudios. Hacemos un llamado a la Ciudad para que reconsidere esta política destructiva y ponga a los niños en primer lugar, para que todos los niños, incluidos nuestros estudiantes más nuevos, tengan un comienzo brillante y un futuro audaz.