Nueva York necesita escuelas totalmente accesibles. Familias como la mía dependen de ello.
Chalkbeat – Josh y yo estábamos emocionados, planeando tener un hijo. No era una persona embarazada feliz, pero en cada cita me aseguraban que el bebé estaba creciendo bien. Cada ecografía declaró que estaba “perfecto”. Después de un parto a término sin incidentes, nuestro hijo Abey nació con 8 libras y 8 onzas. En cuatro meses supimos que tenía desafíos. Cuando tenía un año, Abey no se sentaba, no comía, no cogía un juguete ni me miraba a la cara.
No habíamos planeado las discapacidades de Abey, pero en los meses y años siguientes, nos familiarizamos con las terapias, las citas médicas, las sondas de alimentación, los medicamentos para las convulsiones y las sillas de ruedas. Cuando Abey estuvo listo para el jardín de infantes, nos dimos cuenta de que nuestro sistema escolar tampoco había planificado para sus discapacidades.
Abey nació 13 años después de que se promulgara la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, o ADA. Cuando empezamos a buscar jardines de infancia, descubrimos que la escuela de enfrente no era accesible. Tampoco había ninguna escuela a poca distancia de nuestra casa en Queens. Tendría que llevarlo en autobús a otro vecindario.
Cuando me di cuenta de que las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York estaban lamentablemente atrasadas en el cumplimiento de la ADA, comencé a comprender por qué. Como ocurre con muchos problemas, la raíz era el dinero. La primera vez que analicé la accesibilidad de nuestras escuelas, allá por 2018, solo alrededor de 18% de escuelas públicas de la ciudad eran totalmente accesibles, según el grupo Advocates for Children.
Para continuar hacia un sistema escolar que sea inclusivo y cumpla con la ley federal, Advocates for Children pidió a la ciudad que asigne $1.250 millones para accesibilidad en el próximo ciclo presupuestario, que abarca 2025-29. Pero esta vez, la ciudad tiene planes de gastar sólo alrededor de dos tercios de esa cantidad, $800 millones, para accesibilidad. Puede resultar tentador señalar la ciudad de Nueva York tensiones financieras actuales y decir: “No podemos permitirnos eso ahora; Lo haremos más tarde”. Digo que han pasado más de 33 años desde que se aprobó la ADA y nos estamos poniendo al día con un trabajo que debería haberse completado hace años.