14.10.2014 | El Diario de Derecho de Nueva York | No se supone que sea necesario recurrir a un abogado para encontrar los servicios educativos adecuados para un niño con una discapacidad. Pero puede ser así cuando se rompa la colaboración entre los padres y las escuelas públicas. Ahí es cuando interviene Caroline J. Heller, socia de Greenberg Traurig. Heller, de 41 años, dirige el programa pro bono de Greenberg Traurig en Nueva York y se especializa en litigios comerciales complejos. Desde 2006, ha dedicado la mayor parte de su trabajo legal voluntario a ayudar a los padres de bajos ingresos a maniobrar a través de un laberinto de leyes federales y estatales para obtener los servicios educativos a los que tienen derecho sus hijos discapacitados... En asociación con Advocates for Children en Nueva York, Heller Ha representado a unos 20 niños con discapacidad en decenas de procedimientos. En cinco casos, apeló decisiones administrativas ante un tribunal federal. Ganó dos de esos casos, resolvió otro y tiene dos más pendientes. El tema es tan importante para ella que se unió a la junta de Advocates for Children en 2012. Lee el artículo